Tarifas de Energía: Oportunidades en momentos difíciles

Para nadie es un secreto que las tarifas de energía de energía eléctrica han crecido significativamente, siendo la Costa Caribe la región más impactada. Para enero de 2021, Barranquilla y Cartagena, tenían el Costo Unitario (CU) más asequible entre las cinco principales ciudades analizadas. Sin embargo, en el periodo de enero de 2021 a enero de 2024, las tarifas de energía de estas ciudades han escalado a ser las más elevadas país. En este periodo, han experimentado un incremento superior al 80%, equivalente a una tasa de crecimiento anual compuesta cercana al 22%.

Simultáneamente, el Costo Unitario en las otras ciudades analizadas ha mostrado un crecimiento superior al 45%, con una tasa de crecimiento anual compuesto del 13%, muy por encima de la inflacióncuyo crecimiento se sitúa en alrededor del 31%, es decir, una tasa de crecimiento anual compuesto de 9.5%.

 

Diversos factores explican este comportamiento: el Índice de Precios al Productor (IPP), la disminución de aportes hídricos debido al fenómeno del niño, la aprobación de nuevos cargos de distribución, entre otros.

 

La buena noticia es que estas condiciones tarifarias representan una oportunidad para impulsar y desarrollar proyectos de generación in situ. Por ejemplo, la combinación de factores como las elevadas tarifas de energía de la red, la abundante disponibilidad de recursos solares y la reducción dramática del Costo Nivelado de Energía (LCOE), configuran un escenario propicio para el desarrollo de la generación fotovoltaica para todo tipo de usuarios: residencial, comercial e industrial.

 

El éxito y la rapidez en la implementación de estas soluciones energéticas dependerán de la capacidad de ciertos agentes para capitalizar esta oportunidad, aprovechando no solo las condiciones favorables del mercado, sino también los diversos incentivos planteados en la normativa para la promoción de este tipo de soluciones energéticas.

 

Finalizo con una idea que Malcom Gladwell esboza en su famoso y a veces criticado libro “Outliers”: La oportunidad importa. El talento importa. Pero el entorno en el que se encuentra y como se aprovechan las oportunidades puede determinar, de manera significativa, el éxito de esa persona.

Por: Emanuel Llanos Perez

Read more

Transición energética, más allá del viento y del sol.

Empecemos por lo fundamental: la transición energética es necesaria. El cambio del uso predominante de combustibles fósiles a energías bajas (o nulas)  en emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es clave para frenar el calentamiento global. Sin embargo, no hay una receta única o soluciones “mágicas” que cada país debe seguir para lograr  exitosamente esta transición. Las acciones y la velocidad de implementación de esta desafiante transición dependen en gran medida de factores técnicos y económicos. El camino de esta transición consiste en un acto de balance entres estos factores y la meta es una matriz energética predominantemente “limpia”.

En primer lugar, cuando se habla de acciones para frenar el cambio climático lo primero que se viene a la mente es en lograr tener una matriz energética “verde”, en otras palabras más paneles solares y granjas eólicas, y la razón no es casual. Para 2016, más del 73% de las emisiones de CO2 provinieron del sector energético. Así mismo, poco menos de dos tercios de la electricidad que se genera en el planeta proviene de combustibles fósiles. En este contexto, resulta coherente que el sector energético y específicamente el sector eléctrico, se vuelvan un foco para reducir la emisiones de GEI a nivel global.

Sin embargo, la realidad y las necesidades varían de acuerdo al país. Para el caso de Colombia, el balance entre aspectos técnicos y económicos tiene características muy particulares. Por un lado, el sector eléctrico de Colombia cuenta con una gran penetración de generación a partir de recursos hídricos. Esta es la principal razón por la cual Colombia contribuye con solo el 0,2% de las emisiones globales de CO2 y el sector energético no es el principal contribuyente. Como dato de referencia, los dos países con mayor proporción de emisiones de CO2 actuales y acumuladas, son China y USA. Si hablamos de emisiones históricas de CO2, USA es el mayor contribuyente con 25%, seguido por China con un 12,5%. La relación se invierte para el nivel de emisiones actuales, donde China es el mayor contribuyente con un 27% seguido por USA con un 15%. En este sentido, las acciones que deben de realizar países como USA o China pueden ser diferentes a las acciones que debe ejecutar países como Colombia.

Para 2019, en Colombia, las actividades de deforestación, agricultura y transporte representaron dos tercios de las emisiones de GEI . Por ende, los esfuerzos para reducir las emisiones de GEI en Colombia se deben centrar en frenar la deforestación, transformar el sector transporte e impulsar eficiencias en la agricultura, sobretodo en actividades intensivas en emisiones como la ganadería. Si bien en necesario y vital el impulso a las energías renovables no convencionales, para el caso de Colombia, el enfoque único y sesgado en estas fuentes de energía, resultaría una política climática incompleta y poco efectiva.

Por otro lado, el aporte  fiscal y la seguridad energética que brinda el sector de hidrocarburos es particularmente relevante en Colombia. Para el año 2021, el sector de hidrocarburos representó 3,3% del PIB y más del 47% de las exportaciones. Frenar la exploración de hidrocarburos, y por ende en un futuro su explotación, resultaría en un estrés considerable para las finanzas del país. Si bien es cierto, que es necesario transformar la economía nacional para que cada vez dependamos menos de actividades extractivas, también es cierto que una transformación económica de este tamaño no es inmediata, y mientras se va logrando la deseada diversificación,  los recursos económicos de esta actividad sirven como piedra angular para la inversión en proyectos sociales que el país tanto solicita y necesita.

Así mismo, actualmente los hidrocarburos son la base para la seguridad energética -la capacidad de un sistema energético de atender continuamente la totalidad de su demanda-. A medida que aumenta la penetración de energías renovables en un sistema, también aumenta la dependencia y exposición del sistema a factores climáticos. Dicho de otra manera, teniendo en cuenta que el sol no alumbra continuamente, el viento no sopla siempre y se presentan sequías, resulta necesario una fuente de energía que no dependa de factores climáticos para abastecer la demanda. Con las condiciones tecnológicas actuales, las fuentes de energías firme que pueden proveer de manera segura a los sistemas energéticos  son los hidrocarburos. Pensar en un sistema energético que solo se abastece a partir de energías renovables no convencionales, es como pensar en una dieta estricta de solo lechuga. En principio suena saludable, pero evidentemente no es conveniente y mucho menos sostenible en el tiempo. Los Hidrocarburos, tal cual como los otros alimentos, son necesarios en su justa medida.

De esta manera, pensar en una transición energética que no incluya los hidrocarburos resultaría irresponsable e implicaría huir al verdadero desafío de esta transición, también conocido como el trilema energético, esto es, abastecer la totalidad de la demanda a precios competitivos cumpliendo con las necesidades climáticas. Termino con una traducción a “mano alzada” de una frase de mi Profesor Paul Elkins: “La edad de piedra no se acabó porque se acabaron las piedras o las dejamos de utilizar, se acabó porque encontramos nuevas tecnologías y nuevos materiales para hacer las cosas”.

Por: Emanuel Llanos Pérez

Read more

De la justicia al apagón

La búsqueda de la justicia tarifaría en el sector eléctrico está a punto de clavar una espada a todos los generadores de energía.

Pocas imágenes son tan universalmente aceptadas como la de la justicia.

Una mujer, con los ojos vendados, una espada en una mano y una balanza en la otra. La justicia debe ser ciega, equitativa y se justifica el uso de la fuerza para defenderla. En mi juicio, visto desde la semiótica, este ícono es impecable y no admite controversia; igualmente, los principios son absolutos e innegociables.

Sin embargo, al alejarnos de ese mundo ideal en el que todo es bueno o malo, justo o injusto, es necesario considerar que las personas toman decisiones basadas en su racionalidad y, aunque todos estemos de acuerdo en que la justicia es necesaria, todavía tendremos que ponernos de acuerdo en qué significa justicia.

El decreto 0929 del 7 de junio de 2023, emitido por el Ministerio de Minas y Energía tiene el objetivo “promover la eficiencia y la competitividad del servicio público domiciliario de energía eléctrica”, sin embargo, como se plantea en la Cartilla ABC del decreto 0929 de 2023, “atender la problemática por el incremento de las tarifas de energía eléctrica en el país es uno de los propósitos del Gobierno Nacional para garantizar a los consumidores la justicia tarifaria”.

De la revisión de la mencionada Cartilla se puede inferir que justicia es igual a precios bajos de energía para la gente.

En ningún caso, este artículo pretende abogar en contra de una reducción del valor de la factura de energía, pero no se puede perder de vista que no hay tal cosa como un almuerzo gratis y, por lo tanto, cualquier ahorro que se pretenda generar será asumido por alguien: las empresas de energía que verán este ahorro como una pérdida, los usuarios de estratos altos (como sucede en la actualidad con el FOES), o todos los colombianos como parte del presupuesto general de la nación.

Aunque el mencionado decreto persigue un objetivo bien intencionado, la premisa con la que se aproxima la solución evidencia un claro sesgo: las tarifas de energía hoy son injustas y las empresas se enriquecen a manos llenas a costa de los usuarios.

Para responder a esto, el decreto instruye a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) que emita resoluciones con temas tan diversos como la participación ciudadana en los procesos de regulación y formulación de política pública, pasando por la forma en que se deben desarrollar compras de energía para los usuarios regulados (‘pequeños usuarios’), hasta políticas para la formación eficiente de precios en el mercado mayorista.

Así las cosas, es necesario asegurar que las medidas emitidas por el regulador sean tan eficaces en lograr la anhelada justicia tarifaria, como cuidadosas para evitar situaciones de riesgo de desabastecimiento eléctrico; difícil tarea.

Para evitar que tal situación de riesgo se materialice, se requiere asegurar la viabilidad financiera de las empresas que operan en el sistema eléctrico. Esto requiere una adecuada gestión y remuneración de los riesgos en los que se incurren.

En medio de un fenómeno de El Niño que, según las agencias internacionales, se viene fortaleciendo, el riesgo que tiene todo el sistema eléctrico del país aumenta en la medida en la que una reducción en las lluvias tiene como resultado la disminución de la energía disponible para atender la demanda.

Aunque, por ahora, se considera este como un El Niño débil-moderado, su duración es incierta.

En este contexto, en el marco de lo ordenado por el Decreto 929, la Creg emite la Resolución 101 018 de 2023 “Por la cual se define un esquema para vigilar el ejercicio de poder de mercado en los precios de oferta que se presentan en la bolsa de energía y se modifica la Resolución Creg 024 de 1995”.

Es necesario recordar que existen estudios en los que se afirma que algunos agentes han exhibido conductas propias de ejercicio de poder de mercado.

Pero es necesario actuar con extrema cautela porque es a través de los precios que los generadores regulan su embalse; es la forma en la que “guardan agua” para el futuro.

Entre más aumenta el riesgo de que no llegarán las lluvias, más aumentará el precio de su oferta en bolsa para evitar ser llamados a generar lo que, a su vez, permitirá que en su reemplazo generen las plantas térmicas.

La resolución 101 018 requiere que se evalúe la “pivotalidad” y la conducta de los agentes. Esto se traduce en que, primero se identifique que “tan necesario” es un agente para atender toda la demanda y, posteriormente, concluya si se comporta de manera adecuada a partir de sus ofertas.

Sobre los resultados de los indicadores establecidos por el Regulador, se dará aviso a la Superintendencia de Servicios Públicos para que, según su criterio, llegue a conclusiones sobre si los análisis sobre los cuales basó su oferta el generador son merecedores de una investigación o, inclusive, una sanción.

Me pregunto si el temor a la espada de la justicia generará tanto temor que genere comportamientos irracionales en situaciones críticas o, al igual que todos los fenómenos de El Niño anteriores, se llegue a la conclusión de que la primera forma de justicia es asegurarle a todos el acceso al servicio.

Por: Rodrigo Castellanos Flórez

Read more